En mi casa, desde pequeño, siempre hubo algo musical gracias a mi papá. En sus años de colegio, mi padre tocaba violín y siempre le llamó mucho la atención la música.
En casa, había un piano y una guitarra; cuando empecé a jugar con ellos, nunca imaginé ni se me pasó por la cabeza, hacer cosas como éstas ¡Hacer música! Finalmente caí, me enamoré, solo quería tocar y tocar y tocar.
Siento que en Tú Rockcito puedo compartir esa dicha y amor por el arte. Rockcito me permite tocar los corazones de los niños y animarlos a reír, a disfrutar del rock y mostrar que no hay edad, para empezar a ser felices y soñar.
